Texto biográfico
Daniela Valeriano Guerrero, nació el 25 de julio de 2008, sus características físicas son las siguientes: mide un metro quince centímetros, pesa veintitrés kilogramos, es de complexión delgada y de tez morena y asiste a la escuela en buenas condiciones de higiene.
Actualmente en el mes de noviembre de 2014, Daniela tiene seis años y cuatro meses de edad, cursa el tercer grado de preescolar en el “Centro de Atención Múltiple No. 17 Margarita Gómez Palacio”, la menor presenta el diagnóstico de discapacidad intelectual y retraso psicomotor sintomático.
Daniela pertenece a una familia de tipo nuclear compuesta por tres integrantes, cuyo orden jerárquico es el siguiente: señor Rosendo Valeriano de veintiséis años de edad, obrero de ocupación, la señora María Guerrero López tiene veinticinco años de edad y se dedica a las labores del hogar y finalmente Daniela Valeriano Guerrero hija única del matrimonio Valeriano López.
Los padres de Daniela cuenta con la escolarización de secundaria, su estado civil es casados, y su nivel socioeconómico es medio, siendo el padre de familia el único que aporta ingresos a la economía de la familia.
Ambos padres comparten la responsabilidad de cuidar a su hija y toman las decisiones de manera equitativa, los límites en el hogar de igual manera son establecidos por ambos progenitores.
Las interacciones que se establecen en la familia son positivas ya que existe buena comunicación, algunas de las actividades que realizan de manera conjunta padres e hija son: visitar a los abuelos maternos y paternos de la niña, salir de paseo a museos, parques y asistir a reuniones sociales como fiestas.
Cuando Daniela manifiesta conductas adecuadas tanto en la casa como en la escuela sus padres la incentiva felicitándola verbalmente y comprándole obsequios, pero cuando la conducta de Daniela es negativa, son sus padres quienes le emiten regaños y no la complacen materialmente con la intención de lograr que comprenda lo correcto e incorrecto e interiorice las normas y límites establecidos en el hogar, por lo anterior descrito, la relación padres e hija se basan en el afecto y control.
Sus padres y un tío materno son las personas con las que más se relaciona Daniela, pero son los primeros quienes pasan mayor tiempo con la menor y los que le ayudan a realizar sus tareas académicas.
Las responsabilidades de Daniela en casa consisten en colocar los trastos como cucharas, platos y vasos de plástico en su lugar.
En cuanto a sus hábitos de sueño, la madre de la niña refiere que el sueño de su hija es tranquilo, duerme nueve horas al día, desde las nueve de la noche, hasta las seis de la mañana y controla esfínteres diurno y nocturno.
Los padres de la menor le inculcan valores a través del diálogo y promueven en ella las costumbres como celebrar en familia las fiestas decembrinas, patrias y día de muertos.
A continuación describiré la manera en la que la familia de la menor conoció su respectivo diagnóstico y cuáles fueron sus principales reacciones y acciones, cuando Daniela era una bebé de ocho meses, sus padres se percataron de que el desarrollo motor de su hija no era normal, motivo por el cual decidieron llevarla al CREE (Centro de Rehabilitación y Educación Especial) en donde fue valorada a través de estudios médicos, de los cuales obtuvieron el diagnóstico que a la fecha conocen (discapacidad intelectual y retraso psicomotor sintomático), ante ello su reacciones primeras fueron de angustia y tristeza, tenían miedo de que su hija nunca caminará y de que no pudiera valerse jamás por sí misma; de igual manera la reacción de los abuelos y tíos maternos y paternos de Daniela fue de sorpresa y de sentimiento de miedo y angustia por el futuro de Daniela.
La madre de la menor hizo referencia a que el proceso de asimilación y aceptación de la discapacidad de su hija fue difícil, sin embargo gracias a las pláticas de sensibilización impartidas por el CREE y CAM al que actualmente asiste la niña le han apoyado en gran medida a nivel emocional.
La familia de Daniela tiene interés en su desarrollo, es por ello que han realizado acciones como llevarla a valorización médica, estimulación temprana y de lenguaje con la intención de favorecer su progreso personal.
Las expectativas de la familia hacia la menor se centran en el logro de su autonomía y respecto a la educación proporcionada por el CAM esperan que propicie en su hija el desarrollo de habilidades comunicativas como el habla, la lectura y la escritura.
La familia de la menor habita en casa propia ubicada en Felipe Chávez número 13 San Pedro Totoltepec, recorren diariamente una hora de trayecto para llegar al CAM, la vivienda de la familia de Daniela cuenta con dos recamaras y con los siguientes servicios públicos: energía eléctrica y agua potable; poseen también el siguiente mobiliario: estufa, dos camas, una televisiones, una plancha y un estéreo.
En las familias de los alumnos que acuden al CAM al cual asistí de práctica predomina la estructura tradicional, puesto que son integradas por padres e hijos, este tipo de familia es conocida como familia nuclear.
Las funciones de los esposos consisten en hacerse cargo de proveer los recursos suficientes para la subsistencia de la familia y de contribuir a la educación de los hijos; las madres se dedican a las labores del hogar y al cuidado de sus hijos especialmente de aquellos que requieren mayor atención y apoyo por la discapacidad o condición que presentan, son ellas también quienes se encargan de llevar y recoger a su hijos del CAM y su máximo interés se centra en el progreso de éstos, por ello muestran una actitud de colaboración y disponibilidad en cada una de las actividades solicitadas por la institución educativa en la que sus hijos se encuentran inscritos.

Los datos aquí expuestos fueron recabados a partir de una entrevista aplicada a una madre de familia del CAM No. 17 Margarita Gómez Palacio en donde realicé mi jornada de Observación y Práctica Docente.